Una de las cualidades que nos define como seres humanos es la habilidad para trasladar ideas al mundo real a través de acciones tangibles. La imaginación toma forma tridimensional a través de la interacción de nuestro cuerpo con el entorno físico, ya sea a través de la manipulación directa con nuestras extremidades, a través de herramientas, o al convertirnos en el líder de un equipo de personas. Todos los objetos que conocemos como artificiales en algún punto existieron como una idea en la mente de otra persona. Sin embargo, de acuerdo a tradiciones ancestrales, existe una aproximación más directa al problema. Con la disciplina suficiente, sería posible crear cualquier objeto que uno desee y manifestarlo en el mundo real directamente desde nuestra mente, incluyendo a entidades autónomas y conscientes.

Dentro del budismo tibetano, un tulpa es un "vajrayāna", término que designa a "una entidad espiritual creada por el pensamiento". Walter Evans, antropólogo pionero en el estudio del budismo tibetano, occidentalizó el término en 1954, describiendo al tulpa como una "forma mental". Según dice Evans en El Libro Tibetano de la Gran Liberación, el tulpa se crea a través de la visualización clara, intensa y sostenida de un objeto o entidad; a esto, añade que mentes cultivadas en la meditación, como los yoguis o los lamas tibetanos, son capaces de crear y deshacer tulpas a voluntad.

Las ventajas de estar acompañado y poseer a una entidad mental a nuestro servicio incluyen mover objetos a distancia, adquirir información acerca de eventos, personas y cosas. Dada la naturaleza psíquica del Tulpa, sería posible también recibir información organizada desde nuestro propio subconsciente como pasajes enteros de libros que hemos leído o recordar con gran precisión eventos de nuestro pasado, a costo de sufrir una fragmentación mental y de posiblemente degenerar inconscientemente la entidad a algo maligno que nos juegue en contra, sobre todo si las personas involucradas no tienen entrenamiento formal en el autocontrol mental. Es en este punto dónde un tulpa puede llegar a transformarse en algo peligroso ya que éstos se guían por nuestros pensamientos y emociones, llegando a hacer cosas que realmente no queremos en un momento de debilidad. En casos extremos, el tulpa podría llegar a desligarse de nosotros y atacarnos. Sin embargo, para que un tulpa exista debe haber alguien que crea en él. Si todo el mundo dejara de creer en él simplemente dejaría de existir, aunque esto es muy complicado, sobre todo si se trata de un tulpa creado por más de una conciencia.

Es probable que los magos y brujas de las leyendas, y algunos monstruos, extraterrestres, avistamientos OVNI's, imposiciones ideológicas y teológicas e incluso enfermedades sean en verdad una forma colectiva de poderosos Tulpa. ¿Cuántas de las cosas que existen en nuestro mundo actual son producto de energía mental colectiva sustentada por nosotros mismos? ¿Cuántas de estas Formas Mentales que fueron creadas originalmente para nuestro beneficio ahora están en contra nuestra? ¿Cuántos Tulpas creamos día a día de manera inconsciente a través de nuestros deseos, miedos y obsesiones? ¿Somos nosotros Tulpas de una conciencia superior?
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